Cómo aprender rápido sobre cualquier tema

Lo que aprendes puede ser muy útil en el futuro, incluso cuando no tenías la menor idea sobre el tema unas cuantas horas atrás. ¡Aprende a organizarte, cómo lidiar con los errores y a convertirte en un campeón del conocimiento (sobre todo)!

Tiempo de lectura: 4 minutos

Al escribir sobre algo que no entiendes bien, o cuando deseas expandir tus conocimientos, es común invertir mucho tiempo en investigar antes de comenzar a trabajar.

Si también eres un experto en aprender, esa fase del proceso será fácil, pero esa habilidad no es muy común que digamos. Eso es una lástima, pues gracias a ella puedes desarrollar otras virtudes de una manera más eficiente y sólida.

La buena noticia es que, después de leer este post, vas a descubrir cómo aprender rápido y no olvidarte del contenido que viste. ¡Sigue estos consejos!

 

Define lo que quieres

Puede parecer obvio, pero es necesario que sepas de antemano cuál es el asunto o la habilidad que deseas dominar. “Escribir bien” no es suficiente. ¿Quieres escribir sobre moda? ¿Tecnología? ¿Crear poemas o crónicas?

Cada campo de conocimiento tiene un área diferente que puedes seguir, por eso, para facilitar el proceso, procura definir lo que quieres aprender a partir de una pregunta o concepto. Por ejemplo: “cómo cautivar a un lector de poemas con una sola frase” o “más creatividad para escribir mejor”.

A partir de esa definición, intenta desarrollar tus ideas con base en los temas importantes que debes estudiar. Para eso, puedes dividir tus tareas en materias y estudiar cada una de ellas en un día, hora o semana.

 

Aprende de forma activa

No te conformes sólo con leer libros, artículos e investigaciones. Varía tus formas de aprender.

Haz anotaciones, ve videos interactivos, ejercita tu conocimiento por medio de exámenes prácticos, lee el contenido escrito en voz alta, repasa los conceptos estudiados, haz garabatos e intenta enseñarle a otra persona lo que aprendiste.

Puede parecer extraño, pero las tareas pasivas exigen un esfuerzo mucho mayor que las activas, pues están enfocadas en la observación, no en la acción. Por eso, es más fácil mantener la atención cuando escribes que cuando lees.

Leer o ver videos y no hacer nada más te cansará con más rapidez, y no te ayudará a sacar mucho provecho de tu esfuerzo.

 

Conecta lo que estás aprendiendo con lo que ya sabes

Como aprender rápido no es fácil, lo mejor es hacer uso de algunos trucos cuando aprendes. Para aumentar tu comprensión, la clave es crear más conexiones mentales, relacionando el contenido estudiado con asuntos que ya conoces.

Para eso, abusa de las comparaciones. Intenta recordar alguna experiencia que has vivido que esté relacionada con el asunto e imagina lo que habrías hecho si en ese momento hubieras tenido ese conocimiento.

Si no puedes, imagina situaciones hipotéticas en la vida real. Después, intenta escribir o explicar lo que aprendiste a ti mismo, usando tus propias palabras.

 

Estudia con alguien que entiende el asunto

No importa cuál sea el tema que quieres conocer mejor o la habilidad que quieres adquirir: siempre habrá alguien que la domina. Esa persona puede ser un amigo, un profesor que todavía no conoces o hasta un escritor que publica sus pensamientos en Internet.

Puedes contactar a ese especialista, invitarlo a tomar un café o simplemente tomar a alguna persona como modelo y acompañar su trabajo.

Muchos sitios informativos, como la BBC, explican temas complejos con un lenguaje simple en sus artículos. Visita páginas de ese estilo para que te puedas inspirar. Eso te va a mantener motivado para descubrir cómo aprender rápido a tu manera.

 

Busca fuentes de calidad

Para aquel que busca información de calidad, la Internet puede ser peligroso. Datos equivocados, opiniones erróneas y hasta profesionales que no saben cómo transmitir su conocimiento, son muy comunes en la red, por eso, es necesario saber cómo buscar el contenido que deseas.

Para eso, busca recomendaciones de páginas, cursos, materiales ricos y contenidos hechos por autores que tengan credibilidad. Si es necesario, incluso considera pagar por la información. No lo consideres un gasto sino una inversión.

 

Prioriza la práctica

Puedes pasar muchas horas leyendo libros y artículos sobre cómo aprender a nadar, pero cuando entras en el agua la situación cambia, y verás que aplicar el conocimiento en la práctica es muy diferente.

Por eso, todos dicen que la práctica lleva a la perfección. Y no estamos hablando solamente de las habilidades físicas, como bailar, nadar o tocar un instrumento.

Si estás estudiando antropología, por ejemplo, intenta imaginar como aquellos comportamientos apuntados cuando estudiabas, se reflejan en la vida real y conversa con las personas sobre eso. Si estás leyendo un artículo sobre lenguaje corporal, intenta leer los gestos de los amigos que se te acercan.

Lo ideal es que consigas practicar y entender cómo es que lo que aprendiste afecta la realidad. De esa forma, nunca vas a olvidar el contenido estudiado.

Analiza tus errores

Nadie debería frustrarse por no ser perfecto, especialmente porque las fallas son una forma extremadamente eficaz de seguir aprendiendo y no cometer los mismos errores nuevamente.

En el 2014, un estudio publicado por la revista Science, reveló que la estructura cerebral es capaz de “almacenar” las situaciones en las que nos equivocamos para que podamos acceder a ellas más tarde, cuando ese conocimiento nos puede ayudar.

Lo importante es encarar la situación con normalidad, sin dejarte afectar por los errores y buscar culpables. En vez de eso, concéntrate en los datos que pueden evitar el mismo error en el futuro.

 

Haz pausas y descansa

Pasar muchas horas seguidas intentando aprender algo no es saludable ni productivo. En vez de eso, procura hacer pequeñas pausas, de por lo menos 15 minutos cada hora.

Eso es necesario porque, cuando el cuerpo se relaja, el cerebro funcionará en segundo plano sin que te des cuenta, construyendo nuevas conexiones neutrales que pueden ayudarte a resolver problemas o comprender mejor el asunto.

Por eso, no te reprimas a ti mismo del suelo. Por lo menos 8 horas de descanso por la noche van a ayudarte a mejorar tu memoria, auxiliando el proceso de aprendizaje.

Aplicando estos consejos en la práctica, verás las diferencias significativas en tu habilidad para comprender y abordar temas difíciles, además de un aumento en la velocidad de asimilación de nueva información. Todo eso vendrá con tiempo y esfuerzo.

¿Te ayudaron estos consejos? ¿Se te ocurren otros? ¡Compártelos en los comentarios!

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