¿No logras administrar tu dinero ni hacer que rinda? En tiempos de crisis, todo se vuelve aún más complicado, ¿verdad?
Probablemente ya leíste o escuchaste por ahí que solo necesitas un poco de organización para poner todo en los ejes. El problema es que organizar las finanzas no siempre es fácil, aún más cuando tenemos hábitos que nos hacen gastar cada vez más.
Entonces, ¿cómo administrar tu dinero de la mejor forma?
Para administrar mejor tu dinero, primero debes librarte de comportamientos “tóxicos”. Es decir, aquellas actitudes que no contribuyen en nada con tu cuenta bancaria.
Por eso, separamos algunas lecciones que pueden ser bastante útiles. ¡Mira algunas reglas básicas que pueden ayudarte!
1. Guarda el 10% de todo lo que ganas para invertir
Existe un punto de vista defendido por muchos billonarios y personas muy exitosas financieramente, que es lo siguiente: “págate a ti mismo primero”.
Antes de que alguien use la frase como disculpa para engañar a los demás, es bueno explicar bien.
La idea es que separes por lo menos el 10% de lo que ganas inmediatamente, antes de mirar las cuentas o ítems de ocio. ¿Te entraron R$100,00? ¡Separa R$10,00 ahora mismo para invertir! Así de simple
Esa actitud, además de garantizar la construcción de un patrimonio, crea un hábito financiero muy saludable. Y no piensa que vas a morir de hambre por separar el 10% del dinero que ganas.
Por el contrario, a veces, comenzar el mes un poco más apretado, te obliga a ser creativo, sea a la hora de ahorrar o a la hora de crear oportunidades que generen nuevos ingresos.
Antes de pasar al siguiente ítem, una salvedad: ese dinero debe ser invertido y no simplemente “separado”. Es importante que hagas rendir ese valor.
Para eso vale la pena estudiar las diferentes posibilidades del mercado, desde la renta fija, hasta la bolsa de valores y elegir la inversión que se adecúe mejor a tu perfil.
Observación: hablamos más sobre inversiones en el ítem 5.
2. Reinvierte todo el rendimiento de tus inversiones
Retomemos el 10% del que hablamos en el punto anterior. Si crees que en el futuro servirán para volverlos en viajes, carros o cualquier ítem que sea tu sueño de consumo, estás engañado. Todo el rendimiento debe ser reinvertido.
Aquí es donde puedes llegar a pensar: ¿pero de qué sirve tener ese dinero si no voy a usarlo?
Calma.
La idea es que construyas un patrimonio y no solo que ahorres una cierta cantidad cada mes. Tu patrimonio es tu real riqueza, el resto es ilusión. De nada sirve tener un salario o lucro gigantesco en tu empresa si al final del año no tienes nada guardado.
Las personas con una mentalidad rica siempre están buscando alternativas para enriquecer su patrimonio, de forma que puedan vivir de los rendimientos en el futuro. Si tienes la disciplina para invertir y reinvertir tu dinero, de aquí a algunos años no necesitarás preocuparte con cuestiones como la seguridad social, que no necesariamente es una alternativa segura para la jubilación.
3. Nunca gastes más de lo que ganas
Este es un consejo obvio, ¿verdad? Bueno, no tanto. La mayoría de las personas saben que no deben gastar más de lo que ganan, aun así, continúan cometiendo el mismo error de forma repetida.
Las disculpas y justificaciones para repetir el equívoco son las más variadas, pero ten en cuenta que tarde o temprano, es necesario encarar la realidad.
Endeudarse con la tarjeta de crédito mes tras mes, solo hace que pongas los problemas a un lado. Puede ser que todavía no estés en una situación desesperada en términos de finanzas, pero ese comportamiento simplemente te quita la libertad de elección, ya que vivirás en aprietos cada fin de mes.
Piensa con cariño: ¿y si quisieras invertir en una nueva idea de negocio? ¿Y si surge un imprevisto con tu casa o con tu carro? O peor aún, ¿si tienes gasto médicos inesperados? A nadie le gusta desear malas situaciones, pero es bueno contar con un plan B en caso de que sucedan.
Al final de las cuentas, los únicos gastos realmente necesarios son la vivienda, alimentación y transporte. Y todo lo que se escapa de esos tres, puede ser planeado con cuidado para que quepa en el presupuesto, sin necesidad de que te endeudes.
4. Huye de los financiamientos en pequeñas cuotas e intereses altos
Cuando deseamos un bien de consumo, muchas veces somos atraídos por los financiamientos de cuotas bajas. Sin embargo, es bueno abrir bien los ojos. La gran mayoría de las veces, las cuotas representan intereses altos.
Basta con ponernos en el lugar de la empresa que está vendiendo el producto o servicio: estos necesitan adquirir lucros y el financiamiento no es más que un préstamo. Es decir, necesita ser ventajoso también para quien presta, si no, la negociación no tendría sentido. Por lo tanto, ¡mantente atento! De manera general, mientas menos tiempo te tome salir de un financiamiento, menos intereses pagarás. Sin hablar de que eso permitirá administrar mejor tu dinero.
Aunque el financiamiento sea corto, piensa bien antes de dividir una compra en cuotas o tomar un préstamo: estos deben ser siempre la última alternativa. El siempre confiable pago en efectivo, continúa siendo la mejor opción, incluso para quien acostumbra a tener dificultades al organizar sus cuentas.
5. Busca información sobre títulos públicos, fondos de inversión o acciones
Si sigues la recomendación del primer consejo de guardar el 10% de todo el dinero que ganas, en breve tendrás una buena cantidad para invertir. En este caso, es bueno comenzar a buscar desde ya, formas de aplicar el dinero.
Para facilitarte la búsqueda, separamos algunas informaciones iniciales que pueden ayudarte:
Títulos públicos
Los títulos públicos del Tesoro Nacional, hacen parte del mercado de renta fija. Son una de las formas que el gobierno utiliza para captar recursos que sirven para financiar sus actividades, entre ellas, la educación, salud e infraestructura.
Además de presentar un rendimiento superior al ahorro, otra gran ventaja es que es posible invertir en títulos que pagan siempre por encima de la inflación. De esa forma, tu dinero nunca será desvalorizado.
Fondos de inversión
Un fondo de inversión es una modalidad de aplicación financiera. Cada fondo es formado por la unión de diversos inversores (cotizantes) que se juntan con el objetivo de invertir en una serie de activos, pudiendo englobar títulos de renta fija, commodities, títulos de cambio, acciones, entre otros. De modo general, mientras más diverso sea el fondo, menor es el riesgo que corres.
Acciones
Las acciones son pequeñas fracciones de una empresa negociadas en la bolsa de valores. El dinero invertido en acciones representa el patrimonio en la empresa y es usado para la compra de equipos y materias primas, pago de funcionarios, inversiones, etc.
Es decir, al comprar una acción, te vuelves socio de la empresa que emitió la acción. Eso significa que correrás los riesgos de los negocios, teniendo participación tanto en los lucros como en los prejuicios de la organización. El precio de las acciones es definido por la oferta y demanda: mientras más gente quiera comprar acciones de una corporación, más sube el precio. Así, es posible vender y obtener lucro con las acciones.
6. No compres casa en la playa ni carro de lujo
Infelizmente, estos ítems solo traen gastos y sacan dinero de tu bolsillo más rápido de lo que esperas. El sueño de la casa en la playa, por ejemplo, muchas veces se transforma en una pesadilla: es mucha la manutención y poco el retorno.
La mayoría de las personas terminan aprovechándolo solo en el verano, sin embargo, no logran alquilar la residencia en temporada baja. El resultado es una serie de gastos, incluyendo los impuestos, las cuentas mensuales y medidas para mantener el inmueble en buenas condiciones.
Lo mismo sucede cuando cambias tu carro actual por un vehículo de un valor mayor. El precio del seguro estará por los cielos, la manutención y las piezas son más caras y a veces el consumo del combustible también.
Eso sin hablar de los costos extras que puedes tener para garantizar la seguridad –tuya y de tu vehículo-, incluyendo dejar el carro siempre en un estacionamiento cerrado.
7. Evita prestar dinero a parientes y amigos
Es claro que todo depende de la situación y del amigo. El problema es que, generalmente, los amigos y parientes tienen más libertad e intimidad con nosotros, lo que no siempre es bueno cuando el asunto es dinero.
La persona termina por no sentirse preocupada por quedar debiendo o por atrasarse con el pago. El tiempo pasa y muchas veces el préstamo queda en el olvido. Entonces no cuesta nada tener un poco de cuidado para no pasar por este tipo de problemas, ¿verdad?
8. Cuidado con la tarjeta de crédito
Sin dudas, la tarjeta de crédito es uno de los mayores villanos de la vida financiera de las personas. Por lo tanto, si quieres administrar tu dinero con eficiencia, es necesario tener cuidado con ellas.
Lo que muchos no perciben es que cuando se hace una compra con tarjeta de crédito, estás realmente generando una deuda para pagar luego. En el caso de las compras divididas por cuotas, ¡es una deuda que durará mucho!
Esto es peligroso por dos motivos, el primero de ellos es porque al final de las cuentas, estás solamente postergando un pago que debería haber sido efectuado en el momento de la compra perdiendo el control y el enfoque de tu inversión, pues eso estimula otros gastos a corto plazo.
El segundo motivo es que la posibilidad de comprometer tu renta en los próximos meses, es alta, y por eso, puede perjudicar tus futuros gastos que son esenciales, poniendo tu situación en un escenario en el que necesitarás retirar dinero de tus reservas o contraer una deuda con intereses en la propia tarjeta.
Recuerda que los intereses de tarjeta de crédito son uno de los más altos actualmente, entonces, la prioridad debe ser: huir de ellas.
9. Huye de las compras superfluas
Muchas personas tienen la manía de comprar aquello que no están necesitando y el resultado son las compras innecesarias que comprometen el presupuesto del mes.
Por lo tanto, antes de comprar cualquier cosa, haz una reflexión sobre si necesitas eso que se te apareció enfrente; piensa si es algo esencial y si no hay otra alternativa para suplir esa compra con algo que ya tengas.
Sabemos que muchas veces no es fácil resistir esa tentación de comprar cosas nuevas, pero en este momento es necesario pensar en tus objetivos financieros que es algo mucho mayor. Siendo así, será mucho más probable que consigas realizar tus sueños.
10. Ten objetivos financieros
Una de las maneras más naturales de mantener el control y administrar tu dinero de forma correcta es colocando un objetivo mayor como algo que debe ser alcanzado. De esta manera condicionarás tu mente de que todo el esfuerzo valdrá la pena.
Entonces, nada más sabio que transformar tus sueños en estos objetivos. Por ejemplo, qué tal poner como objetivo: cambiar de carro, comprar un apartamento o hacer aquel viaje de tus sueños.
Siendo así, las oportunidades que tu planeación sea correcta son mucho mayor, además de que cuando renuncias a un gasto innecesario, será algo mucho más placentero, pues sabrás que es por un buen motivo.
11. Transforma un gasto variable en fijo
Otro gran villano de nuestra vida financiera son los gastos variables, es decir, aquellos que no fueron establecidos con un límite. Por ejemplo, la cervecita con los amigos, el almuerzo de los viernes con los colegas de la oficina en un restaurante más caro y así con otras cosas.
El gran problema de ese tipo de gastos es que nunca se sabe el valor exacto al final del mes y hay casos en que estos sobrepasan el límite que imaginas, porque no hay control y no hay idea de cuál es el valor ideal para no comprometer tu presupuesto.
Por eso, transforma esos gastos en algo fijo y haz el control de esos gastos. Por ejemplo, si defines que vas a gastar como máximo R$200 por mes con las idas a los bares y restaurantes, necesitarás monitorear el progreso de esos gastos y renunciar a las invitaciones cuando este tipo de gastos alcancen el valor que fue establecido.
12. Evita andar con mucho dinero en el bolsillo
Es bueno que sepas que andar con el dinero en efectivo es una gran tentación, pues eso facilita el impulso de gastar que cualquier ser humano posee, incluyendo comprar cosas que no son necesarias.
Por lo tanto, lo ideal es solo andar con el suficiente dinero para los gastos básicos del día a día en tu billetera, tal como para las comidas, transporte y emergencias eventuales.
Esa es una buena estrategia para evitar gastos innecesarios y administrar tu dinero con sabiduría.
¿Viste? Administrar mejor el dinero no es un monstruo de siete cabezas. Con algunos pensamientos básicos siempre en mente, todo se vuelve más fácil.
Ah, y continúa acompañando esta sección de emprendedores, ¡porque cada miércoles tendremos novedades en esta área!