El proceso de aprendizaje y planificación en cualquier tarea puede ser más complicado de lo que parece, pues la cantidad de información que necesita ser organizada casi siempre es demasiado grande para un solo cerebro.
Por eso, muchas personas recomiendan hacer un mapa mental para facilitar el proceso. Y, de hecho, esta técnica funciona muy bien.
Como el nombre lo sugiere, esta herramienta se basa en un mapa de ideas; una manera de generar asociación entre distintas informaciones y guiar tu pensamiento siempre que sea difícil organizarlo.
Si tienes dificultades para manejar grandes cantidades de información, estos mapas pueden ser exactamente lo que necesitas para facilitar tu vida.
Para ayudarte con esta tarea, hoy hablaremos sobre las ventajas que estos mapas ofrecen y te mostraremos algunos pasos simples para que crees el tuyo.
¡Acompáñanos!
¿Cuáles son las ventajas de un mapa mental?
Facilitar la memoria
Hay algunos elementos que entran en juego para determinar si tienes o no buenas posibilidades de acordarte de cierta información.
Una de ellas es la asociación.
Cuando una idea lleva directamente hacia otra, ambas se vuelven más fáciles de recordar y guardar.
Un buen ejemplo es cuando logramos cantar una música larga si empezamos desde inicio, pero encontramos dificultad en hacerlo si comenzamos por el medio del camino.
El otro elemento es la interactividad.
Es más fácil para el cerebro recordar algo con lo que haya interactuado de forma directa y consciente que con algo teórico.
Por ello, la mejor manera de estudiar para un examen es practicando ejercicios en lugar de leer un libro.
Para ambos casos los mapas mentales son útiles.
Sirven tanto para mejorar la asociación de informaciones como para la interacción entre los datos.
Organización de pensamientos
Al desarrollar un proyecto, es fácil perderse en medio a centenas de pequeñas informaciones que se deben administrar.
Y, como ya lo sabes, perder de vista algo importante suele perjudicar bastante el desempeño.
Al utilizar un mapa mental, puedes pasar toda esa información a un papel, poniendo todo a la vista de forma simplificada.
Además, el refuerzo visual puede ayudarte mucho en tu trabajo de reorganización de los procesos.
Expresión creativa de tu conocimiento
Finalmente, pero no menos importante, el mapa es el lugar ideal para expresar tu creatividad delante de alguna información demasiado técnica.
Agregar ilustraciones, leyendas y fuentes diferenciadas es una excelente forma de reforzar el conocimiento, además de crear un visual más agradable.
Si tienes que mirar la misma figura todos los días, es mejor que esté a tu gusto.
4 pasos para crear un mapa mental
1- Define el tema central de tu mapa
Todo mapa empieza con una gran idea.
Es el asunto principal lo que guiará los demás temas a incluir.
Lo ideal es que éste sea el punto más vasto de todos, englobando todo lo que necesitas listar.
Veamos algunos ejemplos:
- Física;
- Ciclo de ventas;
- Proyecto de expansión comercial.
No hay mucha restricción más allá de lo que consideres importante.
También es una buena idea resumir todo el tema en solo una palabra o expresión simple.
No debes incluir muchos detalles en cada uno de los puntos aislados de tu mapa, o no será más útil que un libro completo o una serie de memorandos.
Todo lo que necesitas es un resumen, algo que te ayude a memorizar puntos importantes y a consultar fuentes más detalladas, si se hace necesario.
2- Reúne la información que necesites
Después de establecer tu tema central, es hora de empezar a trabajarlo en práctica.
Para eso, debes poner todo el material que usarás en tu mesa y comenzar con la lectura.
A medida que encuentres información relevante, haz pequeñas notas que se puedan incluir en el mapa mental.
Después de todo, antes de producir uno, necesitas tener un tópico y todos los datos relacionados a él.
Digamos que quieres resumir un texto usado en una clase.
Puedes usar su título como tema central y hacer una lista con los principales tópicos abordados.
A partir de ahí, tendrás todos los datos que precisas para construir un mapa suficientemente detallado, pero que aún sea más eficiente que un largo texto de 100 páginas.
3- Enumera la información de mayor prioridad
Después de conseguir información y subrayarla, es el momento de armar el mapa.
Primero, coloca el asunto principal en el centro de la hoja, preferiblemente utilizando una letra grande, visible y usando un refuerzo visual, como colores y dibujos.
A partir de este punto, debes crear otros círculos menores, con líneas que unan los puntos de donde vinieron.
Si el tema es, por ejemplo, "procesos de equipo", puedes extraer del centro tus principales cargos de gestión o los profesionales en posición de comando.
Partiendo de ellos, puedes listar todas sus funciones y los empleados directamente subordinados a ellos, y así sucesivamente.
La explicación puede parecer un poco confusa al imaginarla, pero hace total sentido cuando es visualizada en el mapa.
La regla es simple:
La información más general y más importante debe estar más cerca del centro.
Los detalles y datos menos relevantes deben estar más alejados.
4- Nos tengas miedo de reorganizar todo
Algo que tienes que tener siempre en la cabeza es que tu mapa mental no necesita ni debe ser un proyecto finalizado.
Los procesos se actualizan, se adquiere nueva información, sin hablar de que puedes equivocarte en pequeños detalles a lo largo del camino.
Es un proceso de ensayo y error.
Por eso, lo ideal es que consultes y revises este mapa regularmente.
Mientras funcione correctamente, haz solamente los ajustes mínimos necesarios.
Si ya no es una buena representación de tu idea original, entonces es un buen momento para hacerlo de nuevo desde cero.
En muchos aspectos, es el acto de crear el mapa lo que te ayuda en la organización del pensamiento.
¡Ahora que ya sabes cómo montar un mapa mental, es hora de comenzar a usarlo para mejorar tus procesos!
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