Los que no saben de qué se trata, buscan saber más sobre el tema, los que saben, buscan formas de implementarla y los que ya la utilizan, siempre hablan de los excelentes resultados que obtienen con ella.
Si estás en el primer grupo y el concepto de computación en la nube te revuelve la cabeza, en este artículo descubrirás todo lo que necesitas saber sobre cloud computing, la nube de Internet. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es computación en la nube?
La computación en la nube (o cloud computing, en inglés) es una tecnología que permite acceder remotamente, de cualquier lugar del mundo y en cualquier momento, a softwares, almacenamiento de archivos y procesamiento de datos a través de Internet, sin la necesidad de conectarse a un ordenador personal o servidor local.
En otras palabras, la computación en la nube utiliza la conectividad y gran escala de Internet para hospedar los más variados recursos, programas e información, y permite que el usuario ingrese a ellos través de cualquier ordenador, tablet o celular.
Si todavía no quedó claro, déjame ejemplificarlo: si alguna vez editaste un documento en Google Docs, escuchaste música en Spotify o viste una película en Netflix, tuviste contacto directo con la computación en la nube. Todos ellos son servicios online que no demandan la descarga, instalación y acceso de ningún tipo de software o archivo en tu ordenador. Solo necesitas un navegador y una buena conexión a Internet para utilizarlos.
¿Para qué sirve la computación en la nube?
Si analizamos el modelo tradicional de computación, en el que los usuarios y las empresas necesitan invertir en downloads, hardwares, sistemas operativos y softwares para lograr ejecutar algún tipo de aplicación, es fácil entender por qué el cloud computing se volvió tan popular.
La nube surgió como una forma de democratizar la información y mejorar la experiencia de quienes dependen de recursos tecnológicos a nivel personal o profesional.
El cloud computing trajo consigo innumerables ventajas. Optar por un servicio en nube permite:
- La reducción de costos con infraestructura: ya que elimina el gasto capital con compras de hardwares y softwares, instalación y manutención;
- La economía de espacio: dado que los recursos permanecen almacenados online;
- La centralización de la información: evitando que todos los datos se mantengan en distintos programas, con diferentes tipos de autenticación y formas de acceso;
- El aumento o disminución acorde con la necesidad del cliente: gracias al poder de elasticidad que proporciona la cantidad ideal de recursos, almacenamiento y procesamientos;
- El trabajo remoto: funcionarios de empresas pueden acceder a todos los datos a través de cualquier ordenador, notebook, tablet o smartphone, desde que estén conectados a Internet.
Aparte, podemos citar la calidad de la seguridad, la actualización automática del servidor, la usabilidad de las plataformas, los servicios de asistencia técnica y backups.
En medio a tantos beneficios, la computación en la nube se transformó en la opción favorita de gran parte de las empresas y usuarios en general. No en vano, prácticamente todo lo que consumimos actualmente en Internet — redes sociales, almacenamiento de archivos, streaming de video y música — proviene de aplicaciones y servicios hospedados en la nube.
¿Cómo funciona la computación en la nube?
El cloud computing utiliza un servidor remoto para conectar los dispositivos de los usuarios a recursos centralizados. Un servidor remoto almacena todos los datos y programas que necesitas, y puede estar en tu propio país o al otro lado del mundo, por ejemplo, en Japón. El hecho es que logras accederlos por Internet, desde cualquier lugar, aunque estén almacenados a kilómetros de distancia.
Hay 3 tipos de computación en la nube: la pública, la privada y la híbrida. Si tienes una empresa y piensas utilizar un servicio en la nube, ten en mente que la elección dependerá de factores relacionados con el costo, la disponibilidad, el rendimiento y las expectativas. A continuación, verás cómo cada nube funciona:
Nube pública
Son recursos computacionales, como servidores y almacenamiento, provistos por un tercero y disponibles a cualquier persona o empresa que desee contratarlos. En este modelo, el cliente se responsabiliza por lo que será enviado a la nube, sea una copia de seguridad, una aplicación o algunos archivos, mientras el proveedor de la nube se preocupa por la manutención, la seguridad y la gestión de todos los recursos.
En la nube pública, todo está disponible en la web y se comparte entre varios usuarios que usan de manera simultánea (pero por separado), lo que hace que los recursos se mantengan estandarizados.
Por ofrecer soluciones unificadas, este modelo acaba siendo más económico. Por lo tanto, la nube pública es indicada para los negocios que quieren ahorrar en la inversión.
Nube privada
En este modelo, la empresa mantiene la infraestructura de la nube en su dominio interno y ofrece acceso restringido a usuarios seleccionados, como funcionarios y socios.
La nube privada ofrece a la empresa la posibilidad de personalizar las funciones y el soporte a sus necesidades. Como la nube está diseñada exclusivamente para ella, todos los procesos se dirigen a la realidad del negocio.
En general, la nube privada es usada por organizaciones que deben seguir ciertas regulaciones y normas específicas sobre seguridad y privacidad de datos y de información, como es el caso de algunas instituciones financieras y gubernamentales.
Nube híbrida
Por último, cuando hablamos de la nube híbrida, nos referimos a la unión de las dos anteriores, es decir, la combinación que permite que compartan datos y aplicaciones entre ellas. Siendo así, acorde con la necesidad y la estrategia del negocio, algunos recursos se utilizan privadamente, otros se utilizan públicamente o se enlazan mediante tecnologías.
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¿De qué servicios la computación en la nube dispone?
Actualmente, la computación en la nube ofrece una amplia variedad de servicios, herramientas y funcionalidades para atender las necesidades de las empresas. Entre las principales ofertas, se destacan 3 modelos:
SaaS (Software como servicio)
El SaaS permite acceder a un software sin comprar su licencia, utilizándolo gratuitamente desde la nube, muchas veces con recursos limitados.
Sin embargo, también existen planes de pago en los que se cobra una tasa fija, un valor que varía según el uso o incluso sin costo, si el recurso ofrece propagandas u otra forma de monetización.
En este formato, la empresa accede al software por Internet, sin la necesidad de preocuparse con la instalación, configuración e inversión en licencias.
Muchos CRMs y ERPs funcionan a través del SaaS. Servicios de email y otras aplicaciones públicas, como Skype, Whatsapp, LinkedIn y Facebook también trabajan con este tipo de modelo, por eso, se trata del mecanismo más popular.
PaaS (Plataforma como servicio)
En este modelo de nube, se contrata un ambiente completo de desarrollo on demand, en el que es posible crear, modificar y optimizar softwares y aplicaciones.
La ventaja del modelo PaaS es que incluye sistemas operativos, herramientas de desarrollo, sistemas de gestión de bases de datos, servicios de Business Intelligence y muchos otros recursos, además de toda la infraestructura necesaria para ejecutar o perfeccionar aplicaciones web o móviles.
El equipo de desarrollo sólo tiene que preocuparse por la programación de la aplicación, ya que la administración, la manutención y la actualización de la infraestructura quedan a cargo del proveedor.
IaaS (Infraestructura como servicio)
En el modelo IaaS, se alquilan recursos de infraestructura, como servidores, routers, racks, datacenters, hardware y demás herramientas que posibilitan la transmisión y el almacenamiento de datos.
Dependiendo del proveedor y del modelo que se elige, la empresa puede ser cobrada, por ejemplo, por el número de servidores utilizados y por la cantidad de datos almacenados o traficados. En el modelo IaaS, se utiliza lo que es necesario según la demanda de la empresa y se paga solamente lo que se usa.
La gran ventaja de este modelo es su escalabilidad. Después de todo, en un mes, puedes requerir algunos servidores virtuales donde almacenarás pocos datos y tendrás poco tráfico, mientras que, al mes siguiente, puedes pedir el doble de recursos.
Así, el mecanismo funciona como la contratación de un servicio de TV por cable, es posible cancelarlo, aumentarlo o reducirlo en cualquier momento.
Conclusión
Ahora que tienes claro el concepto de computación en la nube, te recomiendo que, antes de pensar en el mejor modelo para tu empresa, reflexiones sobre las necesidades y prioridades de tu negocio, pues es con base en ellas que decidirás qué servicios son fundamentales y necesitan de este tipo de inversión.
Definir el presupuesto que tienes disponible también te ayudará a elegir el mejor sistema de implantación: SaaS, PaaS o IaaS. Analiza los recursos y funcionalidades que necesitas y busca los proveedores que lo ofrezcan, por ejemplo, criptografía y demás metodologías de seguridad, servicios de backup eficientes, asistencia técnica 24 horas, etc.
De todas formas, siempre es bueno encarar la nube, al principio, como un ambiente de experimentación y pruebas.
Existe una gran variedad disponible en el mercado, analiza y realiza pruebas, observa cómo tu empresa se desempeña al usar este tipo de servicio e implementa, poco a poco, la computación en la nube a tus procesos.
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