Creamos este contenido para ayudarte a comprender mejor de qué se trata el estado de presencia. Luego, veremos que esa condición también puede ayudarnos hoy, especialmente en el contexto laboral, a aumentar la productividad de un equipo sin generar más estrés y ansiedad.
Estando asociado en sus orígenes a técnicas de meditación y, especialmente al yoga, el estado de presencia es un encontrarse en condición de alerta. Estar presente significa estar en el aquí y el ahora. Es decir, hacer que el pensamiento se encuentre centrado en el lugar y en la experiencia actual.
Para ejemplificar, piensa en cuántas veces durante la rutina laboral pasas por momentos de distracción. Estás en una reunión y mirando el teléfono al mismo tiempo, o escribiendo un correo y no defines lo que quieres decir, porque te preocupas con otras cosas que no tienen que ver con lo que estás haciendo.
La relación de la mente con el tiempo
El tiempo, en efecto, es un factor fundamental en la vida humana, y el ser humano lo organiza generalmente en tres momentos: pasado, presente y futuro.
Por otro lado, la mente humana no puede detener – al menos en condiciones normales – el pensamiento. Entonces, la relación que se entabla entre mente y tiempo es la siguiente:
Cuando pensamos, por lo general, ubicamos el pensamiento en alguno de los puntos temporales.
La ansiedad o los pensamientos incontrolados, por ejemplo, están relacionados, entre otras cosas, con un factor importante que es el transcurrir del tiempo: el pasado y el futuro.
En ese sentido, muchas veces nos ocupamos más del pasado o del futuro que del presente.
No es un problema recordar el pasado ni proyectar o idealizar el futuro. Sin embargo, pasado y futuro son marcos temporales sobre los cuales no tenemos dominio, y solo en el presente podemos actuar.
Si eres parte de un equipo de ventas, por ejemplo, y tienes una meta para lograr al final del mes, obsesionarte por la meta no te va a ayudar en nada a alcanzarla. Lo que sí te va a ayudar son acciones prácticas como:
- llamar a los clientes potenciales.
- Agendar reuniones.
- Enviar emails y hacer lo que nos toca, o sea, las posibilidades del presente.
Reconciliarse con el pasado
El pasado es todo lo que alguna vez has vivido. No necesariamente debemos tener una actitud negativa ante ese tiempo.
Por el contrario, mucho de lo que somos hoy ha sido gestado en el pasado, a partir de experiencias vividas, conocimientos adquiridos y decisiones tomadas.
Ahora bien, también es cierto que experiencias negativas pueden traer recuerdos negativos.
En ese sentido, reconciliarse con la propia historia puede ser una fuente de realización e independencia existencial, aunque no sea un camino fácil de emprender.
Una buena manera de mirar al pasado es interpretarlo como una fuente de aprendizajes. Si no lograste la meta de ventas el mes pasado, este es un buen momento para evaluar las razones que generaron tal situación.
Algunas preguntas pueden ayudarte: ¿qué hiciste bien y se puede aprovechar? ¿Qué hiciste mal, entre las cosas que estaban bajo tu control, y puedes cambiar?
El estado de presencia te permite a lidar con esas circunstancias, contribuyendo a que te ubiques en el instante presente, en el cual es posible actuar.
La ansiedad
Por otro lado, el estado de presencia también es una de las claves para sortear otro problema tan común en estos tiempos: la ansiedad.
La ansiedad es una respuesta a un estímulo, es un reflejo adaptativo ante un peligro que se presenta.
Todos tienen ansiedad, porque se trata de una reacción natural. Asimismo, es algo importante, ya que funciona como un mecanismo de supervivencia para resolver situaciones que demandan respuestas.
Ahora bien, ¿qué peligros tenemos en nuestro trabajo? Los principales tienen que ver con no saber si tenemos la capacidad suficiente para hacer lo que toca.
Pero eso tampoco es un gran problema cuando lo planteamos desde la mirada del estado de presencia, ya que si no tenemos conocimiento, tenemos que hacer algo que podemos controlar: dedicarnos al estudio.
Cuando estamos en el aquí y ahora (estado de presencia), no nos dejamos dominar por los pensamientos de anticipación. Por esa razón, vivir ese estado es una de las claves para aprender a manejar la ansiedad.
El estado de presencia para vivir en plenitud
Desde que nacemos, la repetición de determinadas actividades crea un hábito arraigado que termina siendo ejecutado de modo automático. Lavarnos los dientes, bañarnos o comer, por ejemplo, son ejemplos de esos hábitos.
No necesariamente esas costumbres son negativas. Sin embargo, pueden volverse dañinas cuando las hacemos sin conciencia y cuando no asumimos la responsabilidad sobre ellas.
Una de las principales ventajas de vivir el estado de presencia es el descubrimiento de cosas que difícilmente vemos cuando andamos y vivimos apurados. Cuando nos enfocamos en el presente, admiramos todo por los ojos de la conciencia.
Comenzamos a sentir, por ejemplo, muchas más emociones de las que jamás sentiríamos, notamos más energías sutiles y percibimos detalles a nuestro alrededor que solían pasar inadvertidos.
El estado de presencia también nos ayuda a vivir en plenitud las relaciones con las personas con quienes nos encontramos, porque nos lleva a estar más atentos a lo que tienen que decirnos con sus palabras y gestos.
Todo eso permite que tengamos interacciones más saludables en la familia y en el trabajo. En ese sentido, ejercitándonos en el aquí y ahora, podemos convertir las reuniones del equipo laboral en espacios más agradables.
Una de las formas de sacarle mejor provecho a las reuniones presenciales o en línea es predecir con antelación la pauta y evitar mezclar demasiados asuntos, ya que una persona no logra mantener una atención plena por lapsos muy largos.
Somos más productivos con el estado de presencia
Cuando hablamos de estado de presencia o de atención plena nos estamos incentivando a salir de esa desconexión interna y vivir una vida basada en la conciencia, en el aquí y ahora.
Ese estado es la clave para lograr el foco tan necesario para estudiar o aumentar la productividad en el trabajo, por ejemplo.
En efecto, como hemos visto, solo podemos actuar en el momento presente, ya que no tenemos control directo sobre el pasado ni el futuro.
¿Cómo aplicar el estado de presencia en el trabajo?
Al contrario de lo que podemos imaginarnos, el estado de presencia no es algo natural, y para lograrlo es necesario practicar, igual que cuando queremos desarrollar una nueva habilidad.
Felizmente, existen algunos tips que pueden ayudarnos:
1. Ejercita la respiración consciente
Es imposible hablar de estado de presencia sin decir algo sobre la respiración. Curiosamente, esta es una de las actividades más importantes de nuestro organismo, pero también es una de las que menos nos damos cuenta.
Respirar es un acto casi invisible, sin embargo, tiene un impacto profundo en la concentración. Por lo tanto, permitirse vivir unos momentos para concentrarse completamente en el proceso de inhalación y exhalación puede proporcionar buenos resultados a un corto plazo.
La respiración consciente es sencilla: solo concéntrate en sentir el aire llenando y vaciando tus pulmones.
Con el tiempo, puedes enfocarte en la respiración diafragmática que consiste en respirar contrayendo el diafragma. Ese es un músculo ubicado horizontalmente entre la cavidad torácica y la cavidad abdominal. El aire ingresa a los pulmones, el pecho no se eleva y el abdomen se expande durante este tipo de respiración.
2. Desarrolla la concentración
Algunas personas tienen más facilidad en ejecutar más de una tarea a la vez. Sin embargo, no podemos juzgar como una certeza que ser multitarea es sinónimo de ser una persona más productiva.
En realidad, puede ser lo contrario: muchos estímulos y pensamientos pueden dificultar la productividad, por lo que conviene concentrarse en una actividad a la vez.
Algunos consejos para que te enfoques en una tarea específica a la vez son:
- Ten una lista de tareas que realizar.
- Mantén abiertas en el navegador solamente las pestañas relacionadas con la tarea que estás ejecutando.
- Si es necesario interrumpir o cambiar de tarea, observa lo que estás haciendo para estar consciente del momento a partir del cual te conviene reanudarla.
3. Evita al máximo las distracciones
Ya sabes que si hay algo que no falta son las distracciones. Por eso, es interesante desactivar las notificaciones en todos los dispositivos antes de comenzar a desarrollar una tarea importante.
Tómate un tiempo en el día — quizá un momento en la mañana y otro en la tarde — para leer los correos electrónicos y concretar las llamadas necesarias.
Estar lejos del teléfono o la computadora por más tiempo también puede ayudar a que tu cerebro se acostumbre a tener algunos períodos sin estas distracciones. De esa manera, resultará más fácil vivir el estado de presencia.
Conclusión
Vivir el estado de presencia implica tener la mente atenta a la actividad que se está realizando en el momento presente. Es decir, se trata de entrenarte para que dediques tu atención a lo que estás haciendo ahora mismo. Así, podrás lograr mejores resultados en las actividades diarias, ya que vas a direccionar tu concentración.
¿Qué te pareció esa posibilidad de practicar el estado de presencia para lidar más serenamente con las rutinas profesionales?
Si te interesó el tema, ¡no dudes en leer nuestro post sobre cómo utilizar un mapa mental para ordenar tus ideas e intensificar tu actividad creativa!