¿Alguna vez te preguntaste sobre la importancia de la resiliencia en el entorno profesional? ¿Cuál es el vínculo entre esta característica y la mercadotecnia? Por eso, antes de comenzar a explicar cómo desarrollar este recurso, detallaremos mejor este concepto.
Imagina la siguiente situación: iniciaste un nuevo trabajo, en un puesto con el que te identificas y con excelentes líderes y gerentes. Sin embargo, con solo dos meses en la empresa, se produjeron algunos cambios radicales:
- los supervisores fueron designados a otro sector;
- tu trabajo también sufrió cambios estructurales;
- varios de tus compañeros, con los que te habías identificado, salieron de la empresa o cambiaron de área.
En tal situación:
- ¿Te adaptas fácilmente a tantos cambios?
- ¿Comienzas a arrepentirte, comprometiendo tu trabajo y tu productividad?
Si la respuesta a la primera pregunta es sí, ¡eres una persona resiliente! Si es no y te identificaste más con la segunda opción: no te preocupes, existen métodos para desarrollar esta capacidad.
Pensando en ello, elaboramos este post con los mejores consejos para desarrollar la resiliencia. ¡Buena lectura!
¿Qué es la resiliencia?
Es la capacidad de adaptarnos de la manera más simple a los diversos cambios que pueden suceder en nuestro entorno personal o profesional. Con la actual dinámica del mercado es muy poco probable que alcances un puesto y te mantengas estable durante toda tu carrera en esa empresa.
Las empresas también tienen que ser resilientes y adaptarse constantemente, con el objetivo de adquirir un diferencial competitivo y destacarse de sus competidores. Es por este motivo que se realizan los cambios estructurales.
A menudo, una posición que hoy trae buenos resultados con el tiempo deja de tener la misma rentabilidad, precisamente por esta volatilidad del mercado.
Por lo tanto, para mantener un buen profesional y retener el capital humano, las empresas integran la funcionalidad de esa persona dentro de su propio organigrama, proponiendo nuevos desafíos.
Seguramente manejará mucho mejor la situación el profesional al que le resulte más fácil:
- adaptarse a los cambios;
- cumplir con los objetivos de la empresa;
- comprender cuáles son las nuevas metas;
- convivir en armonía con los nuevos líderes y compañeros.
Por tanto, es una característica fundamental a desarrollar no solo para tu carrera, sino también para una mejor salud mental. Por eso veamos a continuación cuáles son las características de una persona resiliente.
¿Cómo desarrollar la resiliencia?
Ahora que sabes el significado de resiliencia y la importancia de adquirir esta capacidad para destacarte en el mercado laboral, ha llegado el momento de entender qué tenemos que hacer para desarrollarla. A continuación, seleccionamos los principales consejos sobre el tema.
¡Continúa leyendo que ahora viene lo mejor!
1. Define tus propósitos
Cuando tenemos propósitos bien definidos mejoramos las condiciones para desarrollar la resiliencia, pues los propósitos no son tan volátiles, generalmente se mantienen. Considera lo siguiente:
- Incluso si atraviesas cambios constantes en tu trabajo, ¿es en ese trabajo en el que te imaginas a largo plazo?
- Independientemente de tu puesto, ¿puedes alcanzar los objetivos que te propusiste a pesar de los cambios que puedan ocurrir?
- ¿Trabajas solo con el objetivo de ganar un mejor salario con un ascenso o quieres crecer y aprender junto a tu empresa y tus colegas?
Desde el momento en que tienes las respuestas a estas preguntas, todo tiende a simplificarse. Después de todo, muchas veces, el problema no es exactamente lo que realmente estás enfrentando en la empresa, sino que ese entorno ya no te brinda el crecimiento esperado y el deseo de ser siempre desafiado.
Por ello, si te das cuenta de que la desmotivación se debe, precisamente, a que tus propósitos no se adecuan a ese contexto, difícilmente podrás desarrollar resiliencia en el ámbito laboral. Entonces, ¡busca nuevos desafíos!
2. Administra tus emociones
Administrar nuestras emociones es una tarea diaria que debe ser considerada no solo en el ámbito profesional, sino también en nuestras relaciones personales.
Existen momentos en los que hay un pico de sentimientos y es necesario pensar muchas veces antes de decir algo para no ofender a alguien o dañar tu imagen ante tus compañeros y líderes.
Si esto te sucede, el primer paso es respirar, beber un poco de agua y esperar un poco para volver a comunicarte con esta persona o situación con la que tienes dificultades de lidiar.
Ese control sobre tus emociones también es un buen ejemplo y puede ayudar a otras personas a comprenderse a sí mismas y entender cómo pueden mejorar y qué piensan sobre el tema, transformando lo que podía ser un problema en una instancia de aprendizaje.
La retroalimentación también contribuye a mejorar tu desempeño y el de tus compañeros, además de estimular cada vez más el conocimiento sobre las situaciones más diversas de tu entorno laboral.
De esa forma, también permites que otras personas desarrollen resiliencia y que todas puedan disfrutar de sus ventajas en el escenario profesional.
3. Desarrolla la confianza en ti mismo
Después de todo, ¿qué es la confianza en uno mismo? Es algo muy difícil de interpretar, pero una forma que tenemos de percibir esto es nuestra reacción ante los cambios:
- miedo a lo diferente;
- miedo a lo desconocido;
- miedo a no poder llevar a cabo nuestras actividades y obligaciones ante tantas novedades.
A simple vista estas situaciones se pueden convertir en verdaderos obstáculos para desarrollar la resiliencia y crecer en una organización, ¿no es verdad? Pero si observamos con más detalle e interpretamos bien nos pueden ayudar a entender cómo alcanzarla.
El primer paso es saber dar otros significados a experiencias anteriores. Si estás dudando ahora probablemente ya viviste situaciones que no fueron tan positivas en tu contexto profesional y que te dejaron una marca emocional.
Para reducir las posibilidades de tener una nueva mala experiencia y, al mismo tiempo, aprender con tu entorno profesional usa el recuerdo de tu experiencia negativa para entender qué sucedió y no repetir los mismos errores en la situación actual.
Eso da más resultados que sentirte inseguro, pues cada empresa es única y cada profesional transmite los conocimientos de formas diferentes.
4. Aprende a solucionar las dificultades
En el día a día de tu entorno laboral, las dificultades aparecerán de diversas maneras y la tendencia será afectar la forma de tratar a los clientes y la tolerancia con tu equipo de trabajo. Una persona resiliente es aquella que, además de formular una crítica, aporta soluciones al problema presentado.
Imagínate la siguiente situación: un cliente mostró mucho descontento con los servicios de tu equipo debido a un error de comunicación. Entonces, para que puedas sortear esta insatisfacción, el objetivo no es solo informar el problema, sino también traer algo tangible que devuelva la confianza a esa persona.
Tal actitud demuestra madurez profesional, además de ayudar a otros empleados a aprender de esta situación, para que los errores no se repitan con otros clientes.
5. Ten empatía
Se habla mucho de la empatía en el ámbito personal y profesional, pero pocas personas entienden realmente lo que eso significa.
La empatía no es más que la capacidad de ponerse en la piel de los demás, ofrecer ayuda sin juzgar y comprender cuáles son los contextos en los que se encuentra un colega y que derivaron en alguna actitud poco amable.
El primer paso para desarrollar la empatía ya se ha mencionado en este artículo: el autoconocimiento. Solo quienes se conocen a sí mismos tienen la capacidad de ponerse en el lugar del otro, logrando proponer soluciones más beneficiosas para su desarrollo.
Además, es interesante desarrollar una postura empática. Se equivoca quien piense que empatía es tan solo preguntarle a alguien cómo se siente. Empatía es mucho más que eso, es entender de modo sensible la situación de nuestro colega, mostrar un interés real por su situación y contribuir a su crecimiento sin disminuirlo.
6. Sé proactivo
La proactividad es fundamental no solo para quienes quieren desarrollar la resiliencia, sino también para los profesionales que quieren destacarse en sus funciones, ayudando a desarrollar el negocio en un intercambio mutuo de conocimientos, aprendizajes y beneficios.
Sin embargo, ten en cuenta que ser proactivo va más allá de tomar la iniciativa para proponer soluciones y mejoras. Es entender cuál es tu conocimiento y cómo puedes colaborar con tu organización y el contexto que integras.
Significa ser consciente de la responsabilidad de tu cargo y de cómo contribuye para alcanzar las metas, pero sin afectar tu desarrollo. Así, te volverás más resiliente, además de buscar siempre ofrecer lo mejor de ti mismo.
La resiliencia es una característica que, a pesar de contribuir en el ámbito profesional, también tiene consecuencias positivas para el ámbito personal.
Como puedes ver, el conocimiento es fundamental para desarrollar habilidades y contribuir a nuestro crecimiento, el de nuestros colegas y el de la organización. Si quieres seguir aprendiendo sobre el entorno laboral, lee nuestro post sobre cultura organizacional.