¿Qué significa ser proactivo y por qué esta habilidad es importante para cualquier profesional?

Ser proactivo la ubicación de actuar de manera rápida y estratégica, es decir, es "tomar situaciones" para uno mismo, mejorar y desarrollar actitudes capaces de predecir problemas y actuar, incluso, antes de que sucedan.

ser proactivo
Tiempo de lectura: 6 minutos

Piensa en las características clave de un profesional de marketing. Si la "proactividad" pasó por tu mente, eres es parte de un grupo numeroso que cree que esta cualidad es muy valiosa en el mercado laboral.

Pero, ¿eres de hecho, una persona proactiva? De todas las veces que dijiste o escuchaste la palabra, ¿cuántas fueron realmente genuinas?

En esta publicación, te ayudaremos a comprender de una vez por todas qué es ser proactivo y porqué muchas personas se confunden en medio de conceptos aparentemente similares pero con significados muy diferentes.

¡Continuemos con el tema!

¿Qué significa ser proactivo?

La popularización del término ha hecho que se volviera una característica casi unánime en la personalidad de cualquier profesional, pero en la práctica es muy sencillo encontrar personas comunes que son proactivas aunque no sean profesionales.

De manera simple y directa, la proactividad es el acto de actuar rápidamente para evitar futuras complicaciones.

También es "tomar situaciones" para uno mismo, aprender y desarrollar actitudes que puedan predecir problemas y actuar incluso antes de que sucedan.

Cuando no pueden prever un problema, los proactivos se mueven buscando cualquier mejora posible a la situación, en vez de quejarse mientras esperan que la solución caiga del cielo.

Como ejemplo, piensa en el profesional que está constantemente en actividad, participando en conversaciones, liderando grupos y situaciones (no necesariamente en puestos gerenciales), para mantener los procesos fluyendo de forma correcta y sin complicaciones.

Las personas proactivas no se sientan a esperar que las cosas pasen por arte de magia: se levantan y hacen que sucedan.

Además, el sentido de responsabilidad se desarrolla de una manera muy interesante, ya que no existe la afirmación: "ese problema no es mío". Los problemas negativos son vistos como responsabilidad del equipo en su conjunto y no como una carga para ser expuesta y producir desmotivación.

Diferencias entre proactividad y productividad y otros conceptos

El hecho de que la proactividad se haya vuelto extremamente popular, hizo que perdiera su significado.

Es muy común confundir el ser proactivo con conceptos como productividad y usarlos como características que abarcan una serie de otros factores que no están relacionados con lo que es ser proactivo.

Teniendo esto en cuenta, aclaremos brevemente los conceptos que se confunden más a menudo.

Productividad

La productividad consiste en una característica de las personas que logran realizar un gran volumen de trabajo en el menor tiempo posible.

También puede asociarse a cuando alguien produce un mayor volumen de trabajo gastando menos dinero o mano de obra, por ejemplo.

Las personas productivas generalmente ofrecen más que el promedio y pueden tener mayor facilidad para lidiar con los plazos.

Iniciativa

Tener iniciativa es "tomar un tarea para realizarla" y aceptar con facilidad y de forma frecuente las demandas que se nos presentan. También significa proponer cosas nuevas, tener ideas y, más que eso, hablar de ellas y estimular la toma de decisiones.

Esta es una característica fundamental de quien es proactivo, pero no son sinónimos. Ser proactivo es la unión de varias actitudes: una de ellas es, precisamente la iniciativa, sin embargo, no es posible resumir el concepto en una sola característica.

Pensemos en la iniciativa como una de las varias características que integran ese concepto más complejo que es proactividad.

Reactividad

Las personas reactivas son aquellas que responden a los estímulos casi automáticamente.

Es posible que las personas con características reactivas no piensen tanto antes de responder, lo cual puede ser bueno en ciertas situaciones, como aquellas en las que el profesional está bajo presión y necesita tomar medidas rápidas.

Pero en otros casos, se vuelve algo relativamente negativo.

La característica reactiva es fácilmente alterada por estímulos externos, ya que no hay mucho tiempo o espacio para relativizar y pensar mejor las cosas.

Piensa en este ejemplo hipotético y particular: al recibir una respuesta gruñona del jefe un lunes por la mañana, una persona reactiva termina por no pensar demasiado en factores externos y puede responder al estado de ánimo con más hostilidad aún.

En el caso de la persona proactiva, el factor externo se tendrá en cuenta, después de todo, todos tenemos días malos, ¿verdad?

Además, los lunes pueden hacer que cualquier persona esté de mal humor, por lo tanto, ¿por qué no respirar y trabajar la empatía en situaciones de ese tipo tratando de comprender si esa persona tenía, realmente, la intención de molestarnos con su forma de hablar?

¿Cuáles son las principales ventajas de ser proactivo?

Ahora que hablamos un poco sobre el ser proactivo, su concepto y la diferencia con respecto a otros términos, es hora de saber cuáles son las principales ventajas de ser un profesional más proactivo.

Permite predecir situaciones sensibles

¡Y actuar mejor cuando suceden! Después de todo, ¿a quién le gusta tomar decisiones bajo presiones externas?

Debe ser muy difícil encontrar a una persona que se complazca al recibir la noticia de que tendrá que entregar una demanda extremamente complicada a la mañana siguiente.

Cuando el rasgo proactivo se desarrolla en una persona, estas situaciones son cada vez más raras, en realidad solo ocurren en los casos en los que el factor externo es más fuerte.

Te lo decimos por el siguiente (y muy simple) motivo: interesarse por la situación del equipo en su conjunto hace que el profesional esté al tanto de todo lo que sucede en su entorno laboral.

De esa manera, si surge un ambiente negativo, ya sea un cliente complicado, la dificultad para ejecutar las tareas a tiempo o la falta de presupuesto para poner en práctica los proyectos, el proactivo estará preparado para actuar.

El conocimiento aumenta cada día

No existe mejor sentimiento, profesionalmente hablando, que sentirnos inteligentes y útiles.

La frustración, y fenómenos como el Burnout y el Síndrome del Impostor, pueden agravarse aún más por una atmósfera que consume mucho tiempo.

La sensación de estar estancado y de no poder aprender más, hace que los pensamientos de auto-sabotaje ganen espacio en nuestra propia mente.

Por suerte, el saber no ocupa lugar y en un mercado laboral que vive tiempos difíciles, debes ser la mejor versión profesional de ti mismo.

Obviamente, ya lo sabes y probablemente todos los que han trabajado al menos una vez también, que llega un momento en que es difícil pensar en estudiar y ampliar la gama de conocimientos.

La rutina de trabajo se vuelve aburrida y, de hecho, imaginar una "carga de trabajo más grande" puede darte pereza solo de pensarlo.

Sin embargo, los profesionales proactivos no piensan en las desventajas de estudiar, realizar un curso o leer un artículo diariamente.

La característica de no detenernos y hacer que suceda no solo es altamente valorada en el mercado, sino que también aumenta (¡y mucho!) nuestra gama de conocimientos y puede aportar innumerables beneficios a corto, mediano o largo plazo.

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Mejora la gestión del tiempo

Piensa en esa persona que siempre está corriendo: demandas atrasadas, miles de reuniones, factores externos que terminan comprometiendo las entregas y perjudicando la rutina de ese profesional.

Procrastinar, o "dejar para después" afecta a muchas más personas de lo que crees. Al principio, tal vez, sea posible superar una situación y resolver las cosas de una forma improvisada, pero lo más probable es que siempre estés corriendo y sin calidad.

Las personas proactivas pueden administrar su tiempo mucho mejor, ya que manejan las demandas de una manera práctica y ágil: ¿llegó una nueva tarea? Hagámosla, después de todo, dejarla para más adelante puede poner en peligro todo el proceso de entrega.

No dejar las entregas para último momento contribuye también, al proceso de trabajar con metas y alcanzarlas de la mejor manera posible.

¿Cuáles son las mejores técnicas para ser proactivo?

Queda claro que la proactividad puede ser el concepto que necesitabas entender para avanzar en tu carrera, ¿no es verdad?

Si es así (o si todavía necesitas un empujón más), te mostraré 3 formas sencillas y cotidianas de convertirte en alguien más proactivo.

Piensa en soluciones

Una característica que está muriendo junto con los viejos hábitos del mercado laboral es la famosa queja.

Tratar con alguien que se queja con frecuencia era mucho más tolerable en el pasado. ¡Ahora, ese rasgo es abominable!

Por supuesto, no todo es un lecho de rosas. Las quejas existen y, cuando están bien fundadas, deben ser exteriorizadas.

¿Qué te parece, sin embargo, cambiar un poco tu mindset, es decir, la forma de verlas? Considera esto: cuando vayas a presentar tu queja, primero piensa en cuál es su lado constructivo.

¿Vale la pena llamar a algún compañero de trabajo o incluso a tu superior para hablar de ello? Si no, guárdatelo o habla con alguien fuera del trabajo. ¡No contamines al personal con quejas sin motivo!

Si vale la pena, cultiva el hábito de tener una propuesta de mejora para cada reclamación.

Nunca (solo cuando realmente no hay manera) únicamente te quejes, siempre acompaña la queja con una propuesta de solución. Después de analizar la situación e identificar el problema, ¿ves alguna posibilidad positiva de resolverlo? ¿Qué se puede hacer?

Cuestiónate

El autoconocimiento es una gran manera de lograr proactividad. Es importante que te preguntes en todo momento:

  • ¿cómo te ves profesionalmente?
  • ¿A dónde quieres ir en los próximos meses?
  • ¿Qué características crees que necesitas mejorar?
  • ¿Cuáles son las cosas que debes valorar?

Cuando nos convertimos en profesionales más cuestionadores de nuestro propio trabajo, sabemos exactamente qué se debe valorar y qué se debe desechar.

La cuestión de quejarse todo el tiempo, así como otras actitudes no muy positivas en el mercado laboral, se están eliminando a medida que se desarrolla la proactividad.

Organízate y pon manos a la obra

No puedes ser proactivo en medio de una rutina de trabajo desordenada y sin planificación. Una vez que organices tus propias demandas y tengas una visión amplia de tu rutina de trabajo, podrás comprender temas clave como la viabilidad de las tareas.

Maneja bien tu tiempo y tus actividades

En medio de la organización, ten un espíritu de liderazgo y asume la responsabilidad de tus acciones.

¿Qué puedes hacer para mejorar tu rutina de trabajo? ¿Cómo puedes convertir los plazos en algo asequible y, al mismo tiempo, mantener la calidad?

Después de "ordenar la casa" y comprender la situación laboral, es hora de poner manos a la obra y convertirte en mucho más que un verdugo.

Propón mejoras, preséntate y demuestra que ves más allá de las funcione que te fueron designadas.

Créeme: ¡el mercado laboral le da mucho valor a aquellas personas que piensan más allá de sus roles asignados!

Si te gustó este contenido y crees que ser proactivo es imprescindible para cualquier profesional, no te pierdas nuestro contenido sobre las competencias laborales más importantes del siglo XXI.

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