Nota del editor: Valentina Giraldo es la responsable de la estrategia de Internacionalización de Rock Content. Editora de nuestro blog para Hispanoamérica, cuida toda nuestra estrategia de adquisición y generación de leads.
El último año, generó el crecimiento de un 800% de tráfico en el blog, manteniendo una tasa de conversión de más del 5%.
No sé si ya lo sabes, pero Rock Content está trabajando para ser una empresa internacional: tenemos una oficina en México y somo los dueños del mayor blog de Marketing Digital de América latina: el blog de Rock Content en español.
Esto me da bastante orgullo, puesto que soy la editora jefe del blog. Pero, no estoy aquí para hablarte sobre estrategias o SEO internacional. Aunque para conocer del tema, puedes también conocer mi blog sobre Marketing Digital Internacional. Hoy, realmente, voy a contarte cómo me descubrí en el Marketing de Contenidos y cómo fue mi trayectoria desde Colombia hasta aquí.
Si ya sigues el blog de la Comunidad, el comienzo de mi historia puede sonarte un poco familiar. Así como Dimitri Vieira, editor jefe del blog en portugués, ¡también llegué a estudiar ingeniería!
Sin embargo, te garantizo que la única semejanza es el inicio y mi trayectoria fue un poquito más complicada, porque ella implica:
- un cambio de país;
- aprender un nuevo idioma;
- tres carreras;
- y una exigencia bastante inusual para que fuese contratada.
Pero déjame contarte cómo comenzó todo:
¿Ingeniería o publicidad?
Cuando salí de la escuela, era muy buena para los números, pero también me gustaba mucho escribir. Decidí estudiar Ingeniería Mecánica y decepcioné a varios profesores que decían que debía haber hecho Letras. Pero también me gustaban mucho las ciencias exactas.
Incluso, invertía tiempo de mis finales de semana en cursos de introducción al cálculo y a la física, que eran ofrecidos en universidades públicas.
Todos los sábados, de 8 a 4, desde mis 12 hasta mis 18 años, me la pasaba estudiando Física, Química y Matemáticas. Entonces, realmente era muy buena para números.
Empecé a estudiar Ingeniería Mecánica, sin embargo un año después de estar estudiando en la universidad todavía me gustaba asistir a eventos de filosofía y de comunicaciones. Siempre intentaba invitar a mis compañeros de curso para que fueran conmigo, pero no tenía éxito.
Hasta que un día me dijeron que necesitaba entender que los ingenieros no deberían apreciar esas cosas. Eso me dolió mucho y me llevó a reflexionar bastante, hasta que llegué a la siguiente conclusión:
"Si a los ingenieros no les gusta la filosofía, yo no quiero ser ingeniera".
Cancelé mi matrícula e intenté escoger una nueva carrera: quería algo como Historia o Antropología, pero estaba bastante insegura si funcionaría.
Hoy en día, veo que hacer que algo funcione es solo cuestión de saber aplicar lo que se aprende.
Pero, en aquella época, acabé optando por algo más comercial y me postulé al curso de Publicidad.
¿Publicidad o Literatura? ¿O los dos?
Aun así, no quería dejar de lado temas como Historia, Antropología y Literatura. Entonces, comencé a cursar Estudios Literarios en la primera clase que se abrió en la Universidad Pontificia Bolivariana, de Medellín, Colombia.
Los dos cursos tenían 5 años de duración y logré finalizar los dos en ese tiempo. O sea, ya te puedes imaginar cómo era mi vida social: no era.
De cualquier manera, siempre me sentí un ser raro entre las dos carreras. Me gustaba mucho la Publicidad, pero también Literatura, la teoría, la crítica y la hispanoamericana.
Y esos dos asuntos difícilmente se conectan: mientras la Publicidad está más relacionada con la comunicación, ventas y marketing, la Literatura es mucho más específica.
De esta forma, yo era mucho más profunda y analítica para una publicista, y mucho más vendedora que cualquier estudiante de literatura debería ser. Entonces, realmente no sabía de cuál de los dos mundos era parte.
Me gustaba mucho el mundo literario, pero quería hacerlo más comercial, más útil. Si conoces la empresa Rock Content y su área de trabajo, ya empieza a tener sentido que haya venido a parar en Brasil, ¿no lo crees?
Descubriendo el Marketing de Contenidos
En la Publicidad, yo era muy buena en copy de textos cortos, pero me hacía falta escribir más, explicar mejor los términos y los textos más largos. Algunos profesores me apoyaban y entendían eso como un estilo propio.
Pero la gran mayoría decía que, de esa manera, jamás sería una buena publicista y no sería contratada para trabajar en agencias, pues explicaba mucho más de lo necesario.
Entonces, así como cuando me dijeron que filosofía no era para ingenieros, volví a reflexionar si estaba en el curso adecuado. Me gustan las campañas, la parte estratégica y escribir textos cortos, pero me hacía falta algo.
Fue en ese momento que descubrí Rock Content, cuando necesitaba hacer mi pasantía. Pero hay una cosa que necesito explicar, es que la pasantía en Colombia funciona diferente que en Brasil.
En Brasil, pueden empezar a hacer prácticas desde temprano y pueden ganar mucha experiencia con eso. En Colombia, solo se puede hacer pasantía al final del curso, cuando estamos casi graduándonos, generalmente en el último semestre de la carrera.
¿Cuál es la ventaja del modelo colombiano? Si la empresa se enamora de ti y de tu trabajo, te contrata inmediatamente. No existe la opción de que te tengan como pasante por varios años, ni de que te iludan con una posible contratación.
Llegué a buscar prácticas en mi ciudad, pero ninguna me llamó la atención, todas eran de publicidad. Entonces, decidí buscar una oportunidad fuera del país en la plataforma de una empresa responsable por programas de pasantías, sociales o profesionales.
Pero fue bien complicado encontrar algo que se adecuara en mi perfil, visto que la pasantía debería abarcar tanto la publicidad como la literatura.
Si entrase en una agencia para trabajar con estrategias, por ejemplo, no valdría mi práctica para literatura. O si trabajase en una editorial, no valdría para publicidad.
Buscando una propuesta que satisficiese ambos, encontré Rock Content, que prácticamente decía: "Valentina, ¡te queremos aquí!
Los prerrequisitos exigían un redactor fluente en español y con visión de comunicación para fortalecer una marca por medio de contenidos, o sea, ¡textos largos y con estrategias publicitarias!
Después de haber oído a tantos profesores diciéndome que mi estilo era malo y que no me garantizaría un empleo, había acabado de encontrar una empresa que hacía exactamente eso.
Entonces, llegamos al próximo episodio. O tal vez, hasta más que un solo episodio.
Una novela llamada "Entrando a Rock Content"
Intenté candidatearme varias veces por la plataforma, pero no lo lograba, pues insistía en dar error. Después de insistir algunas veces y no obtener ningún éxito, decidí ir directo a la fuente y conversar con quien estaba ofreciendo el puesto.
Mandé directamente un mensaje por Facebook a Rock Content y me respondieron que el puesto ya no estaba vacante.
La persona de la empresa me orientó a buscar otro puesto y mis padres me animaron a hacer lo mismo, pero yo preferí insistir. Como soy muy determinada con las cosas, decidí que no dejaría escapar esa oportunidad.
Recurrí nuevamente a Facebook y me enviaron el sitio web de empleos de Rock, pero todas las opciones que ofrecían exigían que hablase portugués y, en aquella época, eso todavía era un problema. Entonces, fui instruida a mandarle un email a Renato y a Diego.
No tenía la menor idea de quienes eran ellos y, si tampoco lo sabes, Diego es uno de los fundadores de Rock Content y CMO da la empresa, mientras que Renato es el Head del equipo de Marketing.
Yo simplemente enfrenté eso como una oportunidad y decidí escribir una historia. Una historia sobre cómo vencer los miedos.
Hablé, por ejemplo, sobre cómo protegerse de los fantasmas en la noche colocando una almohada en la espalda. Y acabé creando un informe sobre miedos estúpidos y cómo vencerlos de forma eficaz.
Todo eso para finalizar el email hablando de que mi miedo estúpido era no ser seleccionada para trabajar en Rock.
Inmediatamente Diego me respondió:
"¿Quién eres y cómo nos conoces?
Entonces, le conté mi historia, que básicamente fue lo que leíste hasta aquí, y me respondió marcando una entrevista por video para el día siguiente.
Estudié más sobre Rock para prepararme y me identifiqué aún más con el puesto que estaba siendo ofrecido y con la empresa. Y cinco minutos antes de la entrevista, me enteré que estaba a punto de conversar con uno de sus fundadores.
A pesar del nerviosismo y de la ansiedad, la conversación fue totalmente en inglés y bastante tranquila. Diego me exigió que obtuviese una certificación de Hubspot con plazo de una semana y lo hice sin mayores problemas.
Como inicié el proceso por la plataforma de programas de intercambios que mencioné, me pareció correcto oficializar la pasantía por ahí también. Y una cosa que descubrí solamente cuando ya estaba en Brasil, fue que casi perdí la oportunidad por ese motivo.
A la empresa no le pareció correcto que me haya saltado algunas etapas y haya conversado directamente con Rock, y no quería aprobar mi pasantía.
Pero como a Diego le había gustado mucho mi perfil, no les dio muchas opciones y llegó a afirmar que, si fuese necesario, me contrataría por sus propios medios.
Fue entonces que entraron en un consenso y, en mayo del 2016, fui informada que estaba aprobada y ya asumí el blog de Rock Content en español.
Completé mis seis meses de práctica y el CMO de Rock Content quiso extenderlo para un año.
Entonces, el director de prácticas de mi universidad le informó que esto no sería posible, pues después de seis meses, mi práctica estaba concluida y si quisiese continuar contando conmigo, tendría que contratarme.
A lo que él respondió:
"Excelente. ¿Cuándo puede comenzar?"
Entonces, volví a Colombia para entregar mi proyecto de pasantía y finalizar mi graduación, mientras continuaba trabajando remotamente para Rock y escuchaba a Diego insistiendo para que vuelva a Brasil cuanto antes.
En mayo del 2017, concluí mi graduación y estaba libre para volver a Belo Horizonte. Entonces le hice dos exigencias a Rock.
- Ellos serían mis garantes para que yo tuviese un departamento propio, ya que no estaba dispuesta a vivir en una residencia de estudiantes;
- El pasaje de Pablo Osvaldo, mi perro, sería pagada por ellos.
Desde entonces, ¡Osvaldo está aquí conmigo y vivimos en nuestro propio departamento!
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